Desarrollo industrial
Durante los siglos XVIII al XIX el pueblo va perdiendo su esplendor como
centro de ocio pero mantiene su papel como proveedor de material de
construcción con la fabricación de cal, ladrillos y tejas y la
explotación de las canteras de granito. Sabemos que con él se construye
la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid y el castillo de
Villaviciosa de Odón entre otros. A mediados del siglo XIX, el pueblo se reanima y se incorpora a la
sociedad industrial con la apertura de la fábrica de loza Fina “Falcó y
Callejo” gracias al descubrimiento de un yacimiento de caolín y su
proximidad a la capital.